sábado, 16 de agosto de 2014

Tailandia,opción de viaje al interior de uno mismo!

Las ruinas de Ayutthaya


Desde su fundación en 1238, bajo el reinado de la dinastía Sukotai, el antiguo reino de Siam ha sobrevivido a la intemperie de la naturaleza y de las lluvias curtiendo su carácter y templanza. Fue el único país del sudeste asiático no colonizado por potencias europeas durante el XIX, gracias a la pericia política de sus gobernantes. Pero su posición geográfica le impide mantenerse en el hermetismo, de ahí influencia adquirida de las culturas china e india, cuna de su religión oficial, el budismo.

La mejor época para visitar el país es entre noviembre y febrero, evitando la larga estación de lluvias. Es un país muy preparado para el turismo: cuenta con una gran oferta hotelera de firma internacional y una red de transportes bastante eficaz. Tiene muchas rutas precocinadas para turistas, como las de Chiang Rai, donde se puede pasear en elefante, y luego ver a los simpáticos paquidermos dibujando en lienzos con sus trompas, con envidiable estilo y gracejo. Pero aún así, mantiene multitud de rincones virginales que harán las delicias de los más aventureros, como se puede ver en la jungla fronteriza con Laos y Birmania, en el llamado 'Triangulo de Oro', habitualmente asociado al tráfico de opio.
Se le llama el país de las sonrisas, y cumple lo que promete. Porque, aún sin entender palabra, sus habitantes le inclinarán la cabeza en señal de amabilidad. De espíritu budista, como atestiguan los impresionantes templos de la antigua capital, Ayuthaya, o Doi Suthep, en el norte, Tailandia rezuma paz interior. Quizá por eso, en los exasperantes atascos de Bangkok no se escucha un bocinazo. Lo que no es incompatible con su fama nocturna y desmelenada: la transexualidad está socialmente muy aceptada, y abunda la prostitución. Bangkok ofrece incontables clubs y discotecas donde convergen ciudadanos de todo el mundo, ávidos de pasarlo bien. Y si el despertar se hace ingrato, qué mejor que un crujiente y terapéutico masaje tailandés para reconstruir el organismo.
De norte a sur, los arrozales cubren el paisaje de un verde intenso y encharcado. No en vano, sostienen buena parte de la economía del país. Hecho que redunda, por lógica elemental, en la alimentación de una población cuya economía no se permite grandes importaciones. El arroz será el comodín para cada una de sus comidas, ya sean de carne o pescado, siempre fuertemente especiadas. Y lo mismo sucede con la pasta. Pero si se trata de probar cosas nuevas, estás en el lugar adecuado: carne de cocodrilo, cucarachas, saltamontes y demás bichos de apariencia crujiente, constatada al paladar. Sopas de bambú, frutos tropicales de color exótico, mariscos enormes. La comida que se vende en la calle resulta muy económica y pintoresca, aunque no siempre resulte idónea para estómagos precarios.
No te quepa duda que en Tailandia sufrirás momentos ingratos. Buscarás con desesperación las sombras de árboles y cornisas, pero no servirá de nada: tu sudor te seguirá allá donde vayas, perfectamente mimetizado con la humedad el ambiente. Nunca te sobrarán las lociones anti-mosquitos (ni la paciencia, cuando lleguen tarde y los picores arrecien). Pero eso sí: no podrás cerrar los ojos. Por curiosidad, por asombro o por incredulidad. Ya sea en la jungla, al verte envuelto por frondosa naturaleza de edad gastada, sintiéndote un ser humano infinitesimal y más bien devorable. O entre el caos ajetreado y siempre excitante de Bangkok. O justo ahí, donde siempre habías soñado: contando las olas del Índico en una playa de Phuket, mientras piensas que, según la rueda de Samsara budista, has debido ser muy bueno en otras vidas para merecer semejante privilegio en esta. Pero el paraíso no pide tanto, no es tan incomprensivo: bastará con visitar Tailandia. Y abrir los ojos de par en par.
Tailandia: ciudades vibrantes como Bangkok, rincones donde nunca deja de hacer calor, palacios y templos en medio de grandes ciudades, o en medio de la nada, islas tropicales, gente que sonríe, colores, arroz, ruinas que son Patrimonio de la Humanidad, mercados que flotan, paraíso tropicales escondidos, lugares de película que todos quieren ver (y terminan estando abarrotados), playas entre acantilados, entre arrecifes, en bahías escondidas…

Si en texto resulta difícil resumir Tailandia, tal vez en fotos quedará mejor ilustrado. El Reino de Tailandia es uno de los países más visitados del sudeste asiático. Mucho de ésto se explica por sus paisajes naturales (junglas, pantanos, formaciones kársticas, islas rodeadas de mar turquesa). Pero mucho tal vez se explique por lo seductor de su colorido, cultura, historia, ruinas, y su gente. En otra de nuestras largas selecciones, nos largamos a un recorrido fotográfico por éste país en 65 fotos:


Imagen Autor Niels Mickers (fuente Wikipedia) / Tham Phraya Nakhon es una Pabellón Real en una enorme cavidad natural. Está situado en el Parque Nacional  Khao Sam Roi Yot 


 Alberto Abougamen Stephens (Bahía Phang Nga)


Sunphol Sorakul (En Islas Similan, Mar de Andamán)


Vyacheslav (Isla Ko Tapu, en realidad un islote en la bahía de Phang Nga)


Joan Campderrós-i-canas (Isla James Bond, o Ko Tapu, en Phuket)


Imagen René Ehrhardt (Islas Similan, Mar de Andamán, uno de los últimos paraísos sin intervenir por el hombre)


Ricardo Hurtubia (En Islas Similan)


vonlohmann (En islas Similan)


Lukasz Porwol (Phi Phi Islands)


Jim Trodel  (Las ruinas de la antigua capital Ayutthaya)


Justin Vidamo (En Ayutthaya)


Imagen Dachalan (Islas Similan, Mar de Andamán)



Tamaar (En la provincia de Surat Thani, se encuentra el Parque Nacional Khao Sok, una de las reservas de bosques vírgenes más impresionantes del mundo por sus especies endémicas y sus “extraños” habitantes)



Lauren Gates (En la selva de Khao Sok)



Imagen ssedro (En Provincia de Krabi, la playa Railay se encuentra en una pequeña península, y encerrada entre acantilados, por lo que sólo se puede llegar embarcado)

Sunphol Sorakul (en islas Similan)
Roberto (Formaciones karst en la Provincia de Krabi)
Vasenka (En templo Wat Arun en Bangkok)
Eli Duke (En Provincia de Krabi)
Pavel (En Ayutthaya)
Echiner1 (Templo Budista en Chiang Mai)
Bart Hiddink  (isla Koh Samui)


Brian Jeffrey Beggerly (el templo de Wat Rong Khun es una curiosa construcción de color blanco, decorado con numerosas esculturas, una obra contemporánea)



Akuppa John Wigham (Templo budista en Chiang Mai)





Yeowatzup (En Maya Bay, Ko Phi Phi, Provincia de Krabi)



Sunphol Sorakul (En islas Similan)





Eli Duke (Elefantes tomando un baño junto a turistas)



Bertrand (En Maya Bay, Ko Phi Phi, Provincia de Krabi)

Lisa and Alec (Buceo en Islas Similan)
spotter_nl (Ko Phi Phi en Maya Bay)
Greg Knapp (Provincia de Krabi)
Jeremiah Roth (Wat Doi Suthep)
chee.hong (La posibilidad de nadar en un paraíso, en Ban Tha Chat Chai, Phuket)
Sunphol Sorakul (En islas Similan)
junkie (En islas Similan)
Christopher Michel (en Bangkok)
Heiko S (En Ayutthaya)
David Sim (La isla de Ko Nang Yuan es un rincón de playas idílicas entre formaciones rocosas)
Vasenka (En Grand Palace, Bangkok)
Lucius Kwok (en Grand Palace)
Jelle Oostrom (En Koh Tao)
Tracy Hunter (En Grand Palace)

Vyacheslav Argenberg (Koh Lipe es otra de las islas idílicas de Tailandia, en el sudeste del país y en la costa de Andamán. La isla es parte del Parque Nacional Tarutao)

Chee.hong (Playas escondidas en Phuket)
Murky1 (Casas flotantes en la selva de Khao Sok)
Lisa and Alec (Buceo en Islas Similan, Mar de Andamán)
Imagen Greg Knapp (En Provincia de Krabi)
Russ Bowling (Mercado Flontante)
chee.hong (en Phuket)

Steve Jurvetson (Haciendo snorkel en el Parque Marino de Ang Thong, uno puede encontrar compañía como ésta)

Mark Fischer (Templo Wat Arun en Bangkok)
jbremer57 (en islas Similan)
KamrenB Photography (Templo En Chiang Mai)
Ryan Harvey (Casi 40 islas completamente intactas en el parque nacional marino de Ang Thong)
mattmangum (En islas Similan)

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