No tiene playa ni el mejor de los climas pero, también en verano, Londres es uno de los destinos más recurrentes durante nuestras vacaciones. Tampoco importa las veces que se haya estado en ella porque en la capital británica siempre ocurre algo irrepetible. Como muestra, cinco cosas que solo puedes hacer durante este verano.
1. QUE EL LONDON EYE SE CONVIERTA EN UN COCKTAIL BAR
¿Buscas un restaurante o un pub que no esté a rebosar y que tenga buenas vistas? El London Eye se convierte en el plan más exclusivo de las noches de los viernes durante el mes de agosto. Cuando ya han concluido las multitudinarias visitas para turistas, la famosa noria londinense vive una segunda vida nocturna.
Su web oficial ofrece planes casi personalizados. Por ejemplo, una noche de cocktails con amigos en una de sus cabinas ante un barman que prepara, a 135 metros de altura, bebidas inspiradas en la ciudad. Se empieza la cata con el Summer in the City. Otra opción que pasa por ver el atardecer veraniego con una copa de champán Pommery Brut Royal en la mano. Y, aunque no lo parezca, el plan español no supone un suicidio gastronómico. La Spanish Experience cuenta con una acertada selección de tapas acompañada de pan, queso, vino blanco y tinto españoles de verdad: Albariño, Rias Baixas y Rioja Crianza están en su carta.
El London Eye llegó al skyline de la ciudad en el año 2000 como monumento temporal conmemorativo y terminó quedándose para siempre. Ahora es una de las atracciones más visitadas entre otras razones porque sigue redefiniéndose.
Su web oficial ofrece planes casi personalizados. Por ejemplo, una noche de cocktails con amigos en una de sus cabinas ante un barman que prepara, a 135 metros de altura, bebidas inspiradas en la ciudad. Se empieza la cata con el Summer in the City. Otra opción que pasa por ver el atardecer veraniego con una copa de champán Pommery Brut Royal en la mano. Y, aunque no lo parezca, el plan español no supone un suicidio gastronómico. La Spanish Experience cuenta con una acertada selección de tapas acompañada de pan, queso, vino blanco y tinto españoles de verdad: Albariño, Rias Baixas y Rioja Crianza están en su carta.
El London Eye llegó al skyline de la ciudad en el año 2000 como monumento temporal conmemorativo y terminó quedándose para siempre. Ahora es una de las atracciones más visitadas entre otras razones porque sigue redefiniéndose.
Cócteles con vistas en el London Eye
2. VER UNA ÓPERA DE BELLINI EN HOLLAND PARK
Cada verano, el Holland Park situado al oeste de la ciudad se convierte en un palacio de la ópera al aire libre y por tanto en uno de los teatros más originales de Londres. En sus instalaciones se monta una estructura temporal, integrada con cuidado entre sus edificios del siglo XVIII que reinan en este parque a lo largo del año, para disfrutar de las mejores arias en directo sin pagar un precio desorbitado por ello y en un entorno mucho más distendido que entre butacas de terciopelo. Hasta el momento ya han pasado Rossini y Puccini por el programa del 2014. Norma, de Bellini, podrá verse hasta el próximo ocho de agosto y luego le seguirá Adriana Lecouvreur, de Cilea. La web oficial de esta propuesta veraniega detalla la programación de agosto.
3. TOMARSE UNA COPA EN UN JARDÍN ELEVADO ENTRE FLAMENCOS ROSAS
Los Kensington Roof Gardens son una de las sorpresas más inesperadas en la zona comercial de este barrio acomodado del centro de Londres. Entre elegantes cafeterías, gimnasios de diseño y gigantescas sucursales de Urban Outfitters hay tres jardines escondidos en los tejados de sus edificios, con árboles frutales, lagos y su correspondiente fauna. A los jardines Tudor, repletos de rosas, lilas y lavanda, y los jardines ingleses, donde habitan los flamencos rosas, se le suma un jardín español inspirado en la Alhambra de Granada y en la cultura árabe.
Aunque la visita es gratuita, estos jardines propiedad de Virgin suelen ser alquilados para eventos privados, por lo que es mejor asegurar su disponibilidad por teléfono (0207 937 7994). Tanto el restaurante Babylon y su pub con terraza son algo pijos, pero las vistas merecen la pena.
Tomarse una copa en un jardín elevado
Y entre flamencos rosas
4. IR DE COMPRAS POR LAS POP-UPS QUE EL AÑO QUE VIENE NO ESTARÁN
Boxpark Shoreditch es algo así como un mercadillo hecho de tiendas y restaurantes pop-up -negocios de nuevo cuño y carácter temporal. En él tienen cabida jóvenes emprendedores con ideas novedosas. Todo muy cercano al diseño y la cultura urbana, como obliga la idiosincrasia del barrio más hipster de los últimos años. Tres ejemplos que pueden encontrarse, al menos en las próximas semanas.
Conciertos y recitales al aire libre
Nordic Poetry es una tienda que tiene su origen en el recurrente mercado de Spitalfields y que colecciona prendas de moda retro y vintage. Su propietaria, una escandinava apasionada de la moda, se ha trasladado ahora a esta nueva propuesta de Shoreditch mientras se piensa dar el salto definitivo. El restaurante Bukowski le da un giro al concepto hamburguesería gracias a su original combinación de ingredientes y salsas.
Comida, poesía y hamburguesas tremendas
Lo que sí es fijo en Boxpark son sus eventos dominicales, como BUSKTHEBOX, que reúne nuevos talentos musicales de la ciudad en acústico, o el Guardian Coffee, la cafetería temática del periódico británico que combina con maestría tecnología puntera, periodismo, diseño de interiores y tazas de espresso.
El café pop-up
5. COMPROBAR QUE LA BIBLIOTECA BRITÁNICA SE ABRE AL CÓMIC POR UNAS SEMANAS
El llamado noveno arte es cada vez más respetado. Hasta la Biblioteca Británica le presta especial atención y le da un punto de vista histórico al género en su exposición Comics Unmasked. Solo hasta el 18 de agosto se mostrará una selección de obras del cómic independiente a genios por todos conocidos como Alan Moore (Watchmen, V de Vendetta) o Posy Simmonds, creador de Tamara Drewe.
Pero su investigación se remonta a muchos años antes de la década de los 70, hasta llegar a algunos manuscritos de la Edad Media o ilustraciones decimonónicas dedicadas a Jack El Destripador. Es la muestra más grande jamás dedicada al cómic en el Reino Unido y una forma de atraer un nuevo público al que es uno de los museos más potentes que compiten en la amplia oferta cultural de la capital británica. Hay vida más allá de las figuras de cera del Madamme Tussaud's.
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