Empieza a caer la tarde y una suave brisa recorre las terrazas. El sol todavía está alto pero el calor ya no molesta. Es el verano en su versión más apetecible, la hora de sacar la bicicleta y pedalear sin prisa, disfrutando del paisaje, parando cuando dicte la apetencia o la curiosidad. Aunque son incontables las ciudades preparadas para recorrerlas sobre dos ruedas, lo cierto es que algunas enamoran más que otras, ya sea por costumbre, por diseño o por la increíble panorámica que regalan. Hay lugares donde las bicicletas definitivamente son para el verano. ¿Con cuál te quedas?
Amsterdam (Holanda): El clásico de todos los clásicos
El clásico de todos los clásicos, elegida como la mejor para pedalear es el lugar perfecto para iniciarte en la experiencia, o retomarla. ¿Quién no ha montado en bici de pequeño? Entre canales, terrazas y casas de colores se te pasará el tiempo volando y apenas notarás que no estás solo. A los holandeses también les encanta la bici, tanto que el 90% de la ciudad esta cubierta de carriles bici, algo que notarás en el exquisito respeto con el que te tratarán a lo largo del paseo.
París (Francia): una delicia para pedalear
La niña mimada de las capitales europeas también es una delicia si la descubres sobre dos ruedas. París suple su falta de carriles bici, no cuenta con tantos como otras capitales, con la inolvidable experiencia de recorrer el Sena al atardecer dando pedales. O puestos, cualquier barrio que te apetezca, desde los Campos Elíseos hasta el pintoresco y empinado Montmartre. Si quieres recorrer sus rincones más bellos sin perderte, apuesta por los recorridos guiados, tanto Fat Tire Bike Tours, como Small Bike Tours sabrán llevarte por sus escenarios más evocadores.
Brujas (Bélgica): una ciudad idílica para pedalear
Pequeña y absolutamente encantadora, Brujas es idílica de todas maneras, pero subido a una bici te sentirás mucho más integrado con el paisaje.Además del casco antiguo y sus canales, no dejes de darte un paseo por el Ring, el anillo que corre paralelo a las antiguas murallas y que bordea la ciudad. Te encontrarás con las espléndidas puertas medievales que daban acceso a la Brujas medieval y podrás disfrutar del parque de Kruivest, una gozada en verde que seguro te obliga a parar para inmortalizar sus pintorescos molinos, uno de los emblemas de Flandes y sin duda, uno de los más bonitos reclamos del parque. Y si te apetece dar más pedales el sistema de vías te lo permite sin problemas. Acércate a la zona de los polders, en el puerto de Zebrugge y no dejes de tomar una cerveza en el maravilloso pueblecito de Lissewege.
Nueva York (EE UU): una ciudad con más de 6.000 bicis para compartir
Aunque a priori de un poco de yuyu lanzarse sin red al apabullante tráfico neoyorkino recuerda que la Gran Manzana, ha convertido en prioridad respetar a sus muchos ciclistas, de modo que te encontrarás con un montón de carriles bici para facilitar tu tarea. Desde 2013 la ciudad cuenta con más de 6.000 bicicletas para compartir y ya no es extraño dar pedales entre los rascacielos. Si aún así quieres evitar todo contacto con el tráfico date un paseo por Hudson River Greenway, un camino protegido de casi 20 kilómetros que te permitirá llegar desde Battery Park hasta el sur de Manhattan.
Copenhague (Dinamarca): pedalea y fúndete con el paisaje
Más de 350 kilómetros de carril bici y una larga cultura de dos ruedas. De nuevo una ciudad que parece hecha para pedalearla. La bici es una forma de vida y para ti, una fantástica manera de descubrir la ciudad y vivir como un danés lo que dure tu escapada. Recorre la ciudad y fúndete con el paisaje, y si tienes ganas de playa acércate a Amager o Bellevue, dos playas paradisíacas perfectas para enamorarte de la luz del norte.
Barcelona (España): la bici es parte del paisaje urbano
Desde que en 2007 se inaugurara el servicio de préstamo de bicicletas Bicing, las dos ruedas se han convertido en parte del paisaje urbano de la siempre hipster y alternativa Barna. La cercanía de la brisa marina, lo auténtico de sus barrios y lo plano de su geografía han encumbrado a la bici, genial para descubrir la ciudad desde otro punto de vista y dejarse atrapar por sus incontables tentaciones. Si el cuerpo te pide marcha sube hasta el Parque Guell, las vistas recompensarán tu esfuerzo.
Dublín (Irlanda): una ciudad enamorada de las dos ruedas
La capital de Irlanda es una enamorada de la bici. No podía ser de otra manera, la siempre verde Dublín cuenta con 650 km de carril bici y un montón de seguidores dispuestos a pedalear hasta el último de sus rincones. Alquílate una y disfruta del paisaje. Dónde más bicis verás aparcadas será en el Trinity College o en el animado barrio de Temple Bar y dónde más bicis verás en movimiento será en las orillas del río Liffey o en los jardines del parque Phoenix. Aprovecha el buen tiempo y prueba todas sus rutas.
Londres (Reino Unido): amigos de la bici de toda la vida
Los británicos, amigos de la bici de toda la vida, no podían permitir que su capital quedará fuera del circuito de las ciudades más amantes del pedal. Algo que entendió perfectamente Boris Jonhson un alcalde empeñado en impulsar el uso de las dos ruedas. Si antes se veían por el mercado de Notting Hill, ahora las verás por todas partes, y podrás alquilarlas y disfrutar de las nuevas autopistas para bicis, unos carriles que conectan el centro de Londres con varios barrios periféricos. Recuerda que se conduce por la izquierda y prepárate para explorar las zonas menos turísticas. Vale la pena.
Viena (Austria): una ciudad con 800 kilómetros de carril bici
Después de una primera toma de contacto no te extrañará saber que Viena cuenta con 800 kilómetros de carril bici. Es cierto, las bicis están por todas partes y a los vieneses les gusta atrezarlas. Alquila una y recorre el Ringstrasse, el anillo que te llevará a ver los edificios más emblemáticos de la romántica capital. Una vez centrado, puedes ampliar tu radio de acción y descubrir barrios tan auténticos comoGrinzing, en el distrito 19, el barrio de los viñedos, al norte de la ciudad y con excelentes vistas, pero además te encontrarás con una agradable sorpresa, sus heurigen, pequeñas bodegas familiares con jardín. Un lujo para el verano.
Munich (Alemania): una ciudad plana y segura para la bici
La capital de Baviera, al pie de los majestuosos Alpes es un escenario perfecto para dar pedales. A pesar de lo cerca que están las montañas, es muy difícil que las pierdas de vista en toda tu estancia en la ciudad, Munich es plana y segura, perfectamente preparada para que disfrutes de tu bici. Más de 1200 kilómetros de carriles dan fe de ello. Aprovecha el buen tiempo para dar un largo paseo por el Englischer Garten, para descubrir las calles modernistas de Schwabing o para acercarte hasta el Olympia Park.Ten en cuenta eso si, que las mismas normas de circulación que se aplican a los coches, sirven para los ciclistas, así que si te pasas con la cerveza, mejor que la lleves de paseo.
Florencia (Italia): perfecta para disfrutar sobre el sillín
La capital del arte es un lujo para los sentidos, pero cuando la descubras pedaleando, el olorcillo de sus excelentes trattorias te llamará como un faro en la niebla, y el ejercicio se verá de sobra recompensado. Esto lo saben perfectamente los estudiantes, muy amigos de la bici y de la comida nutritiva y asequible, así que si quieres ajustarte al presupuesto estate atento a sus lugares favoritos. Mientras tanto no te pierdas ninguno de los tesoros de la capital del Arno: la galería de los Uffizi, la Plaza de la República, la Cúpula de Brunelleschi o la Plaza de la Santa Croce.
Tokio (Japón): una ciudad con buena infraestructura ciclista
Sorpresa. Para un no iniciado la capital de Japón puede resultar un tumulto de gente, neones y coches, pero lo cierto es que Tokio, a pesar de sus autopistas, cuenta con una fantástica red habilitada para los ciclistas. El centro de la capital, particularmente las calles adyacentes a las grandes avenidas, es un oasis de calma donde pedalear sin miedo y perderte. Literalmente, probablemente lo más difícil sea mantener intacto el sentido de la orientación. Sin embargo merece la pena, tarde o temprano regresarás al hotel y para entonces ya habrás vivido otra experiencia extraordinaria.
Hvar (Croacia): Ponte moreno a ritmo de pedales.
La maravillosa isla croata, asequible y de una belleza mediterránea inalterada es un buen lugar para disfrutar de la bici. Tanto si la utilizas para descubrir pequeñas calas, pedalear entre viñedos o recorrer el casco antiguo de sus dos principales ciudades, Hvar y Stari Grad, has de saber que el tráfico es escueto, las cuestas casi inexistentes y los paisajes inolvidables. Ponte moreno a ritmo de pedales.
Sídney (Australia): joyas urbanas para amantes de la bici
El país de los grandes espacios abiertos, también cuenta con joyas urbanas para amantes de la bici. Este es el caso de Sidney, una ciudad familiarizada con los pedales y perfectamente preparada para desenvolver sus mejores escenas sobre ruedas. La amplia red de carriles bici te permitirá moverte a tus anchas y de paso descubrir sus monumentos más emblemáticos, como la Casa de la Ópera, el Puente de la Bahía o el coqueto barrio The Rocks.
San Diego (EEUU): La vida sonríe a los ciclistas en la ciudad
La pequeña ciudad californiana, bendecida por un clima cálido y un atractivo paisaje montañoso es genial si te gusta pedalear. Comienza por el paseo marítimo de Ocean Beach, y flipa con el espectáculo que ofrecen los surferos, continúa por Balboa Park, el parque cultural más grande de EEUU, y llega hasta el Zoo para disfrutar de un nutritivo picnic en la hierba. La vida sonríe a los ciclistas en la ciudad.
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