Muchas de ellas son de las ciudades más visitadas del mundo. Maravillan con sus barrios de espíritu medieval, monumentos góticos y barrocos, con sus canales y puentes sublimes e invitan a pasear por museos que albergan piezas de la época clásica y el arte renacentista.
Formada por 90 islas conectadas por canales y hermosos puentes rodeados de la imponente arquitectura de los siglos XVI y XVII. Las bicis son una excelente opción para recorrer la capital holandesa, en la que se sobresalen excelentes museos, parques y el zoológico más antiguo de Europa. Algunos de los lugares más interesantes son el Museo Rijksmuseum, la casa de Ana Frank, el Museo de Van Gogh, el Palacio Real, la iglesia Nieuwe Kerk y el Museo de Cera de Madame Tussaud. Además, están el barrio rojo y la zona de Leidseplein, epicentro de la vida nocturna. Los enamorados pueden aprovechar minicruceros por los canales, con música en vivo y cena a bordo.
Es la ciudad más visitada del mundo. Se puede iniciar el recorrido en el Distrito I, donde están el Museo del Louvre y el Palacio de las Tullerías y seguir por los Campos Elíseos hasta llegar a la Torre Eiffel. Otros paseos ineludibles son seguir el río Sena hasta la catedral de Notre-Dame y el barrio de Montmartre, parador de bohemios como Picasso, Modigliani o Van Gogh. Sin duda, la capital francesa merece más de una visita con must como el Centro Pompidou, el Museo Pablo Picasso, el Teatro de Odeón y el Museo de Orsay.
LONDRES:
La ciudad europea más grande y la segunda más visitada del mundo. Situada sobre las orillas del Támesis, es famosa por su vida cosmopolita, diversión y el encanto de sus grandes monumentos como el Big Ben, la Abadía de Westminster, el Palacio de Buckingham -con su tradicional cambio de guardia- y la vuelta al mundo London Eye. Un recorrido por la capital de Inglaterra también merece algunas paradas en los bares, clubes y teatros de West End y una visita al Tate Modern, el museo que rinde tributo a una de las ciudades más moderna y vanguardista del viejo continente.
Su ambiente medieval y cientos de torres transportan al viajero a un escenario de cuento de princesas. Sus principales atractivos turísticos son el Castillo de Praga - la mayor fortaleza medieval del mundo -, el Puente Carlos -el más viejo de la ciudad que atraviesa el río Moldava conectando la Ciudad Vieja y la Ciudad Pequeña-, la Iglesia de estilo barroco San Nicolás, la Casa Danzante, la Plaza de Wenceslao y, en las afueras del casco histórico, los Jardines del Castillo. Los checos son extraordinarios productores de cerveza, por lo que ofrecen una amplia variedad con sabores tradicionales y distintivos.
Reconocida por sus canales e inmenso patrimonio artístico invita a románticos paseos en góndola, exquisitos cafés y visitas a aristocráticos palacios. Esta urbe italiana, que fue un importante reinado durante el Renacimiento, cuenta su increíble historia a través de los monumentales edificios que rodean la Plaza de San Marcos, entre los que vale ponderar la Basílica de San Marcos. Otros ejemplos de la arquitectura renacentista son el Palacio Ducal, la Biblioteca Marciana y la Procuraduría Antigua. Vale la pena dar una vuelta por el Museo Guggenheim, con piezas del siglo XX de artistas como Picasso, Dalí y Miró, y pasar por la isla de Murano para conseguir algún souvenir realizado en su particular cristal.
Cuna de la democracia, el teatro, los juegos olímpicos y dueña de cinco complejos arqueológicos únicos, cargados de historia y mitología: la Acrópolis, el Agora antigua, el Agora romana, el Cerámico y el templo de Zeus, además, en el Museo Arqueológico Nacional puede observarse la mayor colección de objetos de la Grecia antigua. Se destacan los barrios de Plaka, Monastiraki, Thissio y Kolonaki y la Avenida Panepistimiou por sus edificios neoclásicios. A 10 km de allí se encuentra el puerto del Pireo, uno de los más importantes del Mediterráneo, desde donde zarpan cruceros hacia las paradisíacas islas griegas.
La capital austríaca impresiona con sus paseos por el Danubio, los cafés y el museo de la emperatriz Sissi. Con un patrimonio cultural y artístico sorprendente, edificios majestuosos, calles anchas y bellísimas cúpulas decoradas, la ciudad expone un escenario digno de la realeza con el Palacio Schonbrunn, donde creció María Antonieta, vivió Napoleón y Mozart cautivó a un selecto público, la Torre Millenium -el edificio más alto de la ciudad- y la Torre Danubio -donde hay un restaurante giratorio con una vista perfecta para tomar fotografías.
Es un importante centro cultural y artístico del mundo. Sus edificios de arquitectura moderna conviven con los restos del muro. Sin duda la Puerta de Brandenburgo es uno de los íconos de la ciudad, de allí es posible recorrer el boulevard Unter den Linden hacia el puente Schlossbrücke que conduce a la isla de los museos. En el camino se puede conocer la Academia de Arte y la Catedral. Las inmediaciones de la plaza Alexander hay monumentos, edificios antiguos y comercios de todo tipo. Durante el paseo se puede degustar una sabrosa currywurst acompañada de una buena cerveza alemana.
Capital de Italia y centro de uno de los más grandes imperios de todos los tiempos, atrae año a año a millones de turistas, por sus restos arqueológicos, museos, plazas y monumentos impactantes. En el centro de la ciudad hay que visitar la Plaza de España, la Fontana di Trevi y el Panteón. No pueden eludirse el Coliseo, el Foro Romano y el Vaticano. Se recomienda pasar una tarde recorriendo Trastevere, uno de los barrios más encantadores.
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