domingo, 14 de septiembre de 2014

Estas por viajar a París? opciones para elejir buenos hoteles!

123 Sebastopol

Seis retiros nada habituales en el corazón de la orilla derecha: desde un establecimiento cuyo leitmotiv es el mundo del cine hasta otro que parece sacado de un catálogo de decoración de los años 50.


HOTEL FABRIC: UNA ANTIGUA FÁBRICA FABULOSA

Este hermoso hotel de 33 habitaciones se encuentra en una fábrica renovada de Oberkampf-Ménilmontant, antigua zona metalúrgica hoy reconvertida en punto gourmetde la ciudad. El edificio cuenta con elementos industriales originales —incluidas columnas de hierro fundido y grandes ventanales—, pero los diseñadores Agnès Louboutin y Patrice Henry han conseguido actualizar su look. Hay una mezcla de piezas de diferentes estilos en el lobby —sillas Eames, un sofá Chesterfield, antiguos baúles de viaje utilizados como mesas auxiliares— y el salón de desayunos está dominado por una gran estrella elaborada con bombillas (comprada en Recycle, una tienda vintage local).
Solo su clientela es tan ecléctica: parejas jóvenes y familias modernas europeas untando mermeladas artesanales en el croissant durante el desayuno o compartiendo copas en la barra del bar de confianza por la noche. La combinación de colores —rosa, verde y naranja— anima los dormitorios, y las duchas tienen leds en la pared. No hay restaurante y el servicio de habitaciones (subcontratado) es bastante caro (18€ una ensalada César), así que tu dinero estará mejor invertido en su pequeño spa, que utiliza las pociones naturales de Les Bains de Marrakech. (INFO: XI arrondissement; HD: desde 190€).

Hotel Fabric: una antigua fábrica que soñó con ser hotel

Hotel Fabric: una antigua fábrica que soñó con ser hotel

HOTEL DUTEMPS: TRANQUILIDAD EN LA CIUDAD

Las diseñadoras Alix Thomsen y Laura Léonard han concebido este encantador hotel boutique —abierto hace tan solo un año— en color sepia. Apartado de la ruidosa rue du Faubourg Poissonnière y cercano a Square Montholon, luce muchas antigüedades, robustas sillas de madera, taburetes de mimbre (utilizados como mesitas de noche) y espejos adquiridos en la cercana tienda de curiosidades Archi Noire. Cuenta con 23 habitaciones escasamente amuebladas, con suelos y paredes blancas, y cortinas y ropa de cama de estampado tropical. Aquí todo se siente muy bucólico, un poco como una serena villa estival. Obras que representan a los boxeadores norteamericanos Rocky Marciano y Sugar Ray Robinson (por el artista emergente Rafael Alterio) se añaden al ambiente retro y los jabones artesanales aportan el toque contemporáneo a los baños de color marfil.
La sala de estar y el bar de cócteles están equipados con reservados en cuero y baldosas geométricas, y en el sótano hay un bar con luz tenue, acogedoras banquetas y cojines dispares, que se ha convertido en punto de encuentro para diseñadores, músicos y fotógrafos; también se ha usado para conciertos privados de Metronomy y Breakbot. El hotel sirve durante el desayuno pastas de la panadería local Arnaud Delmontel y a la hora del té hay magdalenas y galletas de chocolate de la pastelería Christophe Michalak, pero no tiene restaurante. Sin embargo, el personal dispone de una lista actualizada de los mejores sitios del barrio para comer, como el británico Albion y el diminuto Abri. (INFO: IX arrondissement; desde 120€).

Hotel Dutemps: relax, take it easy...

Hotel Dutemps: relax, take it easy...

EDGAR HOTEL: UN ALOCADO DISEÑO ELÉCTICO

Cuando el hotelero y restaurador Guillaume Rouget-Luchaire decidió abrir este moderno hotel en el corazón del todavía floreciente distrito de la moda de Sentier, imaginó el espacio como un restaurante con habitaciones, un lugar de reunión para los foodies parisinos y para los visitantes que desean participar de la escena local. El restaurante, con sus mesas y sillas danesas de mediados del siglo pasado, sus lámparas colgantes de época y sus tejidos estampados, siempre está completo. Aquí los bobos (burgueses bohemios) se dan festines a base de marisco (pez de San Pedro que llega desde el País Vasco, arenques ahumados o almejas a la plancha) gracias al menú del chef belga Xavier Thiery y beben sin reparos cócteles como el Parisienne, a base de ron, St. Germain y zumo de limón con hielo.

Edgar Hotel

Tout Bleu

Al atardecer hay un ambiente jovial que rivaliza con la banda sonora de jazz de los 50 y el tintineo constante de las cocteleras. Arriba, el propietario dio carta blanca a la familia y amigos para diseñar las 13 habitaciones: Pascal Brault, uno de los estilistas de Chanel, optó por un curioso espacio monocromático; el fotógrafo Yann Arthus-Bertrand ideó una especie de puesto fronterizo africano. Hay habitaciones con paredes rosas, verdes y amarillas; con elementos de roble de los años 30 y hasta con paredes forradas de madera de pino y decoradas con 90 acuarelas de casas de árbol. Todo un poco loco, pero en el buen sentido.(INFO: II arrondissement; HD: desde 190€).

Edgar Hotel, ecléctico y loco en el mejor sentido

Edgar Hotel, ecléctico y loco en el mejor sentido

HOTEL PARADIS: UN HOGAR DE MODA FUERA DEL HOGAR

Lleno de bares de toda la vida, tiendas al por mayor y, recientemente, discotecas cool, el arrondissement 10 puede parecer a priori un lugar curioso para situar un hotel que promete calma tipo zen. Pero las 38 encantadoras habitaciones de este motel reconvertido en hotel se encuentran una de las calles más tranquilas del barrio, la rue des Petites Ecuries.
Los propietarios ficharon a la diseñadora Dorothée Meilichzon —autora de los Cocktail Experimental Clubs de Londres, Nueva York e Ibiza— para reinventar los interiores, y ella trajo consigo una mezcla de minimalismo escandinavo de libro de texto y delicados toques de elegancia informal francesa: molduras talladas en la sala de estar, vigas de madera originales en la suite de la última planta, con sus incomparables vistas al Sacré Coeur... Hay alfombras a medida y cabeceros de tela de pata de gallo en los dormitorios y caprichosos papeles pintados retro-chic en los pasillos.

Hotel Paradis

Bienvenue!

A pesar de que los techos de los pisos superiores son cómicamente bajos, esto contribuye a incrementar la sensación de acogedor pied-à-terre parisino. Este ambiente hogareño se completa con tés de la marca Kusmi y tartas y yogures caseros. No hay restaurante, pero encontrarás buenos locales en el barrio, como el tranquilo Vivant Table y Le Richer. (INFO: X arrondissement; HD: desde 81€).

Hotel Paradis


Una de las refinadas habitaciones del Hotel Paradis

EUGÈNE EN VILLE: BARROCO Y MISTERIOSO

Sus 66 habitaciones rompen con las nuevas estéticas y se centran en recrear un ambiente misterioso que se aparta de los cánones bobo chic. Inspirado en Los misterios de París, del enigmático y decimonónico escritor francés Eugène Sue, en este hotel no te toparás con bailarinas de cancán, ni con carniceros ni gente de mala vida, pero encontrarás un lugar sugerente y muy barroco. Habitaciones dicromáticas: blanco en la lencería de cama, en las paredes y en sus baños; negro en los azulejos con volumen, en los marcos de sus espejos rococó y en la tinta de sus serigrafías. En su Cantine d'Eugène, deliciosos embutidos, quesos y vinos locales y una selección de películas de época proyectadas sobre nueve pantallas LCD. (INFO: IX arrondissement; HD: desde 160€).


Eugène en Ville

Un clásico del S. XXI

HOTEL 123 SEBASTOPOL: LOCOS POR EL CINE

El mundo del cine es una de las pasiones del interiorista Philippe Maidenberg, por lo que fue una grata sorpresa que se le encomendara la tarea de homenajearlo a la hora de transformar las 63 habitaciones de este hotel del boulevard Sébastopol. Desde el exterior, parece una tienda cualquiera de esta concurrida calle. De hecho, el lobby era una antigua perfumería ahora reinventada como si de un cine clásico se tratase, con carteles blancos iluminados con letras en negro y una alfombra roja con la hoja de palma bordada similar a la de Cannes.
Cada uno de los seis pisos superiores toman el nombre de una personalidad francesa, incluido el cineasta Claude Lelouch, la guionista y directora nominada al Oscar Danièle Thompson y la actriz Elsa Zylberstein. En el baño, los maletines para transportar equipos cinematográficos sirven ahora como lavabos; y guiones, storyboards, carretes de películas y fotografías se han incorporado a la decoración.

Desde los pisos superiores hay magníficas vistas del neogótico Musée des Arts et Métiers, en la rue Réaumur. En la planta baja hay un luminoso bar acristalado que simula un plató de Hollywood, con focos enormes, sillas de director y mesas de espejo montadas sobre trípodes, ideales para el desayuno o para tomar un cóctel (prueba el Vesper Martini). La sala de cine tiene capacidad para 20 personas (previa solicitud) y se proyectan tres películas diarias y el supermoderno Experimental Cocktail Club está muy cerca. (INFO: II arrondissement; HD: desde 179€).

Hotel 123 Sebastopol: para locos por el cine

Hotel 123 Sebastopol: para locos por el cine

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